El camino para generar espermatozoides humanos de forma artificial nunca ha estado más despejado. Científicos han publicado la primera prueba de concepto de que se puede “fabricar” esperma para hombres infértiles con técnicas de medicina regenerativa. Esta fórmula de reprogramación directa ya ha sido utilizada para fabricar células cardíacas (miocardiocitos), neuronas o células de Leydig (del testículo), por ejemplo. Pero es la primera vez que se logran células germinales de la especie humana. La medicina regenerativa ha derribado dogmas científicos que parecían inmutables. Los trabajos de investigación demostraron que se puede dar marcha atrás al reloj biológico y reprogramar células adultas y diferenciadas.

¿Qué se entiende por regeneración?

Regeneración significa volver a crecer una parte de un órgano dañado a partir del tejido restante. Como adultos, los seres humanos pueden regenerar algunos órganos, como el hígado. Si se pierde parte del hígado por enfermedad o lesión, el hígado vuelve a crecer a su tamaño original, pero no en su forma original. Y nuestra piel se renueva y repara constantemente.  Desafortunadamente muchos otros tejidos humanos no se regeneran, y una meta en medicina regenerativa es encontrar formas de empezar la regeneración de tejidos del cuerpo, o construir tejidos de substitución.

¿Cómo se puede transformar un tejido en otro?

En 2006, en medio del debate sobre la conveniencia de legalizar la clonación y destruir embriones para utilizar sus células madre, se demostró que bastaba con insertar cuatro genes para transformar una célula de la piel en una que se comportara como si fuera embrionaria.

Ese nuevo tipo celular, que llamó iPS, significó el punto de partida para generar en el laboratorio neuronas, células musculares, cardiaco o cualquiera de los más de 220 tipos celulares de un organismo humano. Fue un hito científico que abrió las puertas a la creación de tejidos y órganos de recambio, listos para trasplante, sin rechazo inmunológico ni reparos éticos. Su trabajo zanjó un debate sobre el uso de embriones y la clonación terapéutica al demostrar que para intentar curar ya no era necesario ni crear ni destruir embriones humanos.

Se puede «fabricar» esperma para hombres infértiles con técnicas de medicina regenerativa

Solo se necesitaría contar con una muestra de piel de un varón para conseguir en el laboratorio los gametos necesarios con los que realizar una fecundación in vitro. A partir de una muestra de piel, los investigadores reprogramaron estas células adultas mediante un cóctel de seis genes que son imprescindibles para la formación de gametos hasta transformarlas en espermátides o espermatozoides inmaduros. Células madre fabricadas de la piel de adultos de hombres infértiles producen células germinales primordiales, las células que normalmente se convierten en espermatozoides, al ser implantadas en el sistema reproductivo de los ratones.

Este tipo de fabricación de espermatozoides ¿es cuestionable?

La creación de células germinales (óvulos y espermatozoides) no está exenta de dilemas éticos. Pocos cuestionan la capacidad de la medicina regenerativa para crear células cardíacas o renales que reparen corazones y riñones. Otra cosa es la creación de gametos artificiales que podrían dar lugar a otra vida. Numerosas voces se han alzado en contra de este tipo de experimentos y reclaman alternativas que curen la infertilidad sin buscar este tipo de atajos.

Investigaciones en animales regenerativos demuestran diversas estrategias de las células madre para regenerar partes del cuerpo construidas a partir de tejidos múltiples, tales como músculo, nervio y piel. Si entendemos los principios y las moléculas que estos animales utilizan para regenerar los tejidos adultos, ¿podremos aplicarlo para