La ligadura de trompas es el método anticonceptivo permanente más usado a nivel mundial, pero se calcula que aproximadamente el 15% de estas mujeres que buscan recuperar su fertilidad, hoy tienen altas probabilidades de ser madres nuevamente mediante tratamiento como la recanalización tubárica, o la Fecundación In Vitro (FIV).

El Dr. Julio Dueñas, MD PhD y director científico de la clínica de fertilidad Procrear, explica que, antes de empezar con un tratamiento, lo importante es realizarse el Chequeo Integral de Fertilidad, donde se evalúan los 8 órganos femeninos (vulva, vagina, cuello uterino, útero, endometrio, trompas, ovarios y mamas) de esta manera -con los resultados obtenidos- se evalúan las condiciones de estos órganos y qué otros, además de la ligadura, pueden dificultar un embarazo.

La recanalización tubárica se recomienda a pacientes hasta los 38 años, además es importante saber el tipo de ligadura que se le practicó, y en qué estado se encuentran las trompas, con el objetivo de determinar si pueden ser recanalizadas con éxito. Para ello, las puntas de las trompas deben  medir más de 6 centímetros. Si las trompas fueron cauterizadas en la ligadura, la reversión podría ser irreversible, debido a que la membrana que recubre las trompas podría haber sido dañada durante el proceso.

“La solución no está solamente en la reversión quirúrgica de la ligadura –cirugía que presenta una tasa muy baja de éxito–, sino en modernos procedimientos que hoy se realizan sin mayores dificultades en medicina reproductiva, mostrando altos índices de embarazo” afirma el Dr. Julio Dueñas, quien además tiene un Doctorado en Reproducción Humana por Asahikawa Medical College (Japón).

La técnica más recomendada en casos de ligadura es la Fecundación In Vitro (FIV), una moderna técnica de laboratorio que permite fecundar un óvulo con un espermatozoide fuera del útero. Existen 4 posibilidades de FIV: con óvulos propios y semen de la pareja, con óvulos propios y semen de donante, con óvulos de donante y semen de la pareja y, por último, con óvulos de donante y semen de donante,  mostrando tasas de embarazo de entre el 60 % a 70% de éxito.