Actualmente hay muchos mitos acerca del tratamiento de la fecundación in vitro, pero desde el nacimiento de Louise Brown, la primera niña nacida por reproducción asistida en julio de 1978, a la fecha ya han nacido en el mundo más de 5 millones de niños mediante esta técnica. Sin embargo, aún existen dudas y falsas creencias sobre la Fecundación In Vitro.

Aquí algunos mitos falsos sobre este procedimiento.

“Ansiedad y depresión aumentan la infertilidad”: Es un mito, ya que existen diversos estudios que desmienten que una mujer estresada tiene menos posibilidad de concebir.

Una investigación del 2012 en la revista no halló diferencias en la probabilidad de concebir entre mujeres que mostraban síntomas de depresión y ansiedad comparadas con las que no estaban estresadas.
“La FIV solo se usa para mujeres con trompas bloqueadas o dañadas”: Otro mito. En un inicio se utilizó para estos diagnósticos, pero actualmente su aplicación se extiende a infertilidad causada por endometriosis, factores masculinos, causas inmunológicas e infertilidad sin causa aparente.
“Si te sometes a un tratamiento de fertilización in vitro tendrás mellizos, trillizos o más bebés”: Esta técnica de reproducción asistida no es sinónimo de embarazos múltiples.

Es más, son mayores las probabilidades de que esto ocurra entre las personas que se someten a tratamientos para estimular la ovulación y si son combinados con la inseminación artificial.

“Más horas de reposo después de la transferencia de embriones aumentará la tasa de embarazo”: No hay evidencia científica que confirme que si la paciente se quedase estirada en la cama durante tres días aumentaría su tasa de embarazo.

Conseguir el embarazo dependerá de la capacidad de implantación que tenga el embrión y en la capacidad receptiva del endometrio de la paciente. La recomendación de los especialistas es la de mantener una vida normal.

“Ciertas actividades físicas pueden hacer que el embrión no se implante en el endometrio”: Es importante que las pacientes sepan que el endometrio es como una red de pequeños vasos sanguíneos, que forman una especie de “esponja de coral” con agujeros casi microscópicos donde se va a depositar el embrión. De esta manera, comprenderán que los embriones no se podrán caer por el hecho de cambiar la posición corporal, por ir al baño, por subir escaleras, por levantar a un niño pequeño en brazos, entre otros.

Finalmente, el sentido común debe prevalecer sobre ideas que no aportan nada, sino que resultan perjudiciales porque aumentan la ansiedad después de realizada la FIV y la transferencia embrionaria. Una correcta información evitará estas dudas y falsas creencias.