La gestación subrogada o útero subrogado, es una técnica no tradicional de reproducción asistida  donde una mujer decide llevar el embarazo de una pareja que durante mucho tiempo intentó la concepción sin resultados positivos.

La gestante subrogada deberá llegar a un acuerdo con la pareja, llamados padres genéticos, aceptando que se realice la transferencia de embriones a su útero mediante rigurosos exámenes, con el fin de quedar embarazada y llevar la gestación hasta el nacimiento, renunciando así, al derecho de maternidad.

La OMS (Organización Mundial de la Salud) lo denomina como  maternidad subrogada, aunque también es llamado como madre de alquiler, madre sustituta, madre portadora, etc.

Para lograr este embarazo se realiza la técnica de fecundación in vitro (FIV), el embrión implantado es aportado por los óvulos y espermatozoides de los padres genéticos. Así, las mujeres que recurren a esta técnica de reproducción, son aquellas que tienen alguna incapacidad médica para lograr o  llevar un embarazo a término.

El doctor Roly Hilario de la Clínica de Fertilidad ProCrear, menciona que “las mujeres que realizan este método han sufrido la pérdida de su útero debido a problemas como miomas grandes, detección de lesiones precancerosas o un carcinoma, donde no se pudo salvar el útero y se  realizó una  histerectomía, o mujeres que nacieron sin útero como el síndrome de Rokitansky”.

“Esta técnica no solo se realiza a mujeres que han perdido el útero, sino también a  quienes hayan sufrido tuberculosis uterina o un legrado, causando que se pierdan las funciones del útero”, manifestó el especialista.

El útero subrogado es una técnica no tradicional de tener hijos, por lo tanto es éticamente controversial y legalmente podría generar cuestionamientos, razón por la que no es aceptada en muchos países. Sin embargo, podría ser la luz al final del túnel de muchas parejas, que aún conservan el ansiado sueño de ser papás.