Directamente una cirugía no puede revertir la infertilidad. Sin embargo, se sabe que existen diversas causas que la provocan, y una de ellas es de origen anatómico, el cual puede ser resuelto mediante procedimientos quirúrgicos. Por consiguiente, podríamos decir que indirectamente una operación a ciertos órganos reproductivos puede permitir el embarazo.

¿Cómo saber si sufro de infertilidad por causas anatómicas?

Tras la búsqueda constante del embarazo durante un año o 6 meses si tienes más de 40, es importante y necesario, realizarse un chequeo ginecológico de fertilidad, con el fin de conocer en qué condiciones se encuentran nuestros órganos reproductores, y de esta forma tener un diagnóstico seguro, de existir dificultades, como puede ser endometriosis; adherencias pélvicas; hidrosalpinx; pólipos; miomas submucosos, e incluso, pacientes que pasaron por procedimientos quirúrgicos como una ligadura de trompas y quienes pasaron por un legrado, que pudo causar que se dañe el útero, pueden recurrir a una cirugía.

¿A qué tipo de cirugía puedo recurrir?

Estas dificultades se pueden solucionar con la laparoscopia, técnica quirúrgica que realiza pequeñas incisiones en la pared abdominal, permitiendo la pronta recuperación de la paciente. Los especialistas en ginecología y fertilidad, la usan para analizar dolores pélvicos crónicos, endometriosis, embarazos ectópicos, manejo de quistes ováricos, alteraciones en las trompas y recanalización de trompas, tras una ligadura.

Por otra parte, está la histeroscopia quirúrgica es una técnica mínimamente invasiva que permite la corrección de los problemas de infertilidad en casos de malformaciones uterinas o sinequias y corregir gran parte de las hemorragias uterinas condicionadas por la presencia de pólipos, miomas submucosos o de origen desconocido.
Consiste en la introducción de un sistema óptico provisto de un haz de luz, un electrodo y un sistema de distensión de líquido que ingresa a través de la vulva, en el cuello uterino y al interior de la cavidad uterina.

Estas cirugías de mínimo acceso, se han convertido de cierta forma en una parte fundamental en los tratamientos de fertilidad, ofreciendo a muchas mujeres una solución a sus dificultades de lograr un embarazo, con técnicas poco invasivas y con resultados más que alentadores.

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