SERVICIOS DE EVALUACIÓN DE LA MUJER

Es necesario estudiar las condiciones orgánicas y funcionales de la mujer para establecer su capacidad de lograr un embarazo.

Por ello es fundamental descartar las principales causas de infertilidad como endometriosis, miomatosis, pólipos endouterinos, quistes, infecciones uterinas y tubo ováricas, sinequias uterinas, cervicitis crónica, pólipos cervicales, etc. Esto se evalúa en una sola visita mediante el Chequeo Integral Ginecológico.

Adicionalmente, realizamos histeroendoscopia que nos permiten evaluar la parte interna del útero (descartando micro pólipos, sinequias uterinas, miomas submucosos, etc.)

En una sola visita el especialista evalúa los 8 órganos reproductores desde la vulva, vagina, cuello uterino, útero, endometrio, trompas, ovarios y mamas mediante 5 exámenes especializados: Colposcopia, Frotis Cérvico-Vaginal, Test de Papanicolaou,Ecografía Transvaginal y Ecografía Mamaria. Este Chequeo permite detectar enfermedades ginecológicas que afectan la fertilidad.

Estudio para observar la cavidad uterina endometrial y determinar la presencia de miomas submucosos o pólipos así como también sinequias a través de la aplicación de solución salina.

Estudio microbiológico de la secreción uterina endometrial. El endometrio es la capa que tapiza la cavidad del útero y en donde se implantará el embrión. Se solicita en abortos recurrentes, sospecha de infección pélvica o antecedentes de embarazo ectópico. En este estudio se busca microorganismos como bacterias.

Es el estudio de la respuesta ovárica, mediante una serie de ecografías transvaginales y dosajes hormonales que evalúa el crecimiento folicular durante un tratamiento, sea de relaciones sexuales dirigidas, inseminación intrauterina o Fecundación In Vitro. El seguimiento de ovulación se inicia en el segundo día de la menstruación y continúa en determinados días del ciclo menstrual:

Los anticuerpos anti-embrionarios o el llamado Síndrome antifosfolípidico o trombofilias, es una enfermedad del sistema inmunológico que ocasiona pérdida de embarazos precoces o tardíos, muerte fetal, partos prematuros o presión alta en el embarazo. También en tratamientos de FIV fallidos se investiga su presencia. Mecanismo de acción: Este Síndrome antifosfolípidico se produce por la presencia de anticuerpos en sangre que alteran los mecanismos de coagulación. Se caracteriza por presentar anticuerpos antifosfolípidos en la sangre de la mujer portadora, anticuerpos que pueden destruir o alterar los fosfolípidos, que son sustancias esenciales para una correcta circulación sanguínea y necesaria para una coagulación normal. Pueden complicar el embarazo con hipertensión arterial o falta de crecimiento adecuado del bebé.

La presencia de estos anticuerpos genera un ataque inmunológico en contra del embarazo. Es decir, cuando se implantan los embriones se activa un sistema que los ataca provocando la muerte del embrión. Los más comunes son:

  • Anticoagulante lúpico
  • Anticuerpo anticardiolipina
  • Anticuerpo Anti-b2-glicoproteína I

RESERVA OVÁRICA: PRUEBAS HORMONALES

es una sustancia que secretan los folículos ováricos. Su determinación determina la reserva ovárica que mide tanto la cantidad de óvulos que le quedan a una mujer así como la calidad de los mismos. En otras palabras, sirve para ver cuántos óvulos válidos todavía tiene la mujer en los ovarios.

Son producidas por la hipófisis (glándula que regula la mayor parte de los procesos biológicos del organismo) y actúan a nivel ovárico. Ambas detectan síndrome de ovario poliquístico, fallas de menstruación, infertilidad. Cuando están muy elevadas, sobre todo la FSH (más de 12.5 mUI/ml) nos habla de una disfunción ovárica, que nos puede diagnosticar una menopausia precoz o una falla ovárica.

Este análisis debe realizarse al tercer día de la menstruación en fase basal, momento en que los valores de estas hormonas tienen que ser más bajos, siempre realizando un estudio ecográfico previo para descartar quistes ováricos que alteren el estudio hormonal.

Es una hormona producida por la hipófisis, permite que las mamas crezcan y se forme leche después nacer el bebé. Normalmente, las mujeres tienen pequeñas cantidades de prolactina en la sangre. En las mujeres no embarazadas, la prolactina ayuda a regular el ciclo menstrual (períodos). Los niveles de prolactina elevados interfieren con la producción normal de hormonas, como el estrógeno y la progesterona.

Estas alteraciones hormonales pueden detener la ovulación (la liberación de un óvulo del ovario).

Es la hormona producida en la hipófisis que estimula la producción de las hormonas tiroideas, que interactúan con las hormonas reproductivas, los estrógenos y la progesterona, para preservar el funcionamiento normal de los ovarios y la maduración de los óvulos.

Si la glándula tiroides libera una cantidad excesiva o insuficiente de hormonas tiroideas, produce problemas de infertilidad por trastornos de ovulación, periodos irregulares y problemas para embarazar o llevar un embarazo a término.