Durante mucho tiempo los problemas de infertilidad, la incapacidad de procrear un bebé de forma natural, eran asociados a la mujer; sin embargo, hoy se sabe que tanto varones como mujeres pueden presentar diversos factores que imposibilitan traer a la vida un niño.
Pese a esto, la infertilidad masculina sigue siendo un tema tabú para ellos pues consideran que su virilidad puede verse afectada, sobre todo, la falta de conocimiento acerca de cuáles son las pruebas para evaluar su capacidad de procrear y el procedimiento, impiden que muchos hombres se realicen un chequeo.
De acuerdo a la psicóloga consejera de la clínica de fertilidad Procrear, Maira Rodríguez, el machismo y el prejuicio social, donde el hombre se cree superior a la mujer, es la principal causa de que la infertilidad masculina no se aborde con naturalidad debido a que, en algunos casos, una prevención a temprana edad ayuda a evitar esta carencia.
Cuando el hombre presenta estos problemas, la pareja tiene que recurrir a espermatozoides donados, por lo que muchos se niegan a aceptar esta opción. La especialista refiere que son más propensos a tolerar que la mujer padezca problemas de fertilidad y no ellos.
Señala que las primeras reacciones son de negación por temor al rechazo, asimismo, responsabilizan a su pareja a pesar de saber que ellas no son el problema, debido a que los hombres con dificultades para procrear, muchas veces visitan varias clínicas con el fin de descartar el diagnóstico que los especialistas han podido dar.
Maira Rodríguez asegura que “el ego no les permite aceptar la infertilidad, pues reprimen sus emociones y la irritabilidad aflora”, causando daños en la relación de pareja. La falta de comunicación y la poca expresión de sentimientos también tienen repercusión negativa en el ámbito sexual que inclusive llega a consumir su virilidad.
Aunque los problemas de fertilidad no distinguen edad, cuando se detecta en jóvenes son ellos los que se muestran más reacios a aceptar la realidad, sin embargo, si es un adulto mayor, lo aceptan con más naturalidad ya que lo consideran como consecuencia de su avanzada edad.
Por otro lado, tras iniciar un tratamiento con espermatozoides donados, la psicóloga consejera agrega que la mujer es quien se ve más afectada por esta decisión ya que siente que no está llevando un hijo de su pareja, pese a esto, tras el nacimiento del bebé y la dicha de tener un niño en brazos, los prejuicios son apartados pues empezarán a gozar de su anhelada paternidad.