Hablar de fertilidad sin mencionar las hormonas es como decir que el fuego no quema, lo cual es imposible. De modo que, cuando existen desajustes hormonales, también hay dificultades para lograr el embarazo, ya que esta irregularidad es una de las causas más comunes que provocan infertilidad.
Esto se debe a que hay un grupo de hormonas que se encargan de regular el proceso de la ovulación, e intervienen con el funcionamiento de los órganos sexuales y, cuando se presentan problemas, difícilmente se podrá realizar la maduración del óvulo y espermatozoide, donde intercede la hormona FSH.
La hormona folículo estimulante o hormona estimuladora del folículo o FSH, es una sustancia que es segregada por la glándula pituitaria; es muy importante en el organismo y tiene un papel fundamental en los procesos reproductivos, así como regular los estrógenos y la concordancia con la hormona luteinizante (LH).
Asimismo, la FSH ayuda a determinar la fertilidad en las mujeres, pues la valoración de esta hormona, puede ser medida mediante un estudio hormonal basal, es decir, por examen de sangre. Esta evaluación ayuda a conocer en qué momento de ovulación se encuentra la paciente. Los valores de la hormona folículo estimulante son variables según la edad y en la fase qué se encuentre del ciclo menstrual.
La concentración de FSH, cambia con el ciclo menstrual, por lo que se realiza en el tercer día de la menstruación, en fase basal, momento en que los valores de estas hormonas tienen que ser más bajos, siempre realizando un estudio ecográfico previo para descartar quistes ováricos que alteren el estudio hormonal.
Cuando los valores de la hormona TSH son elevados, señalan una baja reserva ovárica, resultado mayormente dado en mujeres mayores de 40 años, por lo que también ayuda a comprobar la menopausia, si se está por debajo de esa edad, puede tratarse de una menopausia precoz. Generalmente un nivel alto de la hormona folículo estimulante es asociado a problemas de infertilidad.
A pesar de ser un predictivo de una baja cantidad de folículos, no necesariamente es la única que puede indicar esa precisión, por lo que en fertilidad se realizan otros exámenes como el recuento de folículos antrales mediante una ecografía transvaginal y medir los niveles de la hormona antimülleriana (AMH).
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