Trombofilia, cuando la sangre se vuelve enemigo del embarazo

La trombofilia es una causa de pérdida gestacional recurrente, por lo que es un factor a considerar en estos casos. Es un trastorno en el sistema de coagulación sanguínea, donde se manifiesta una alteración en el equilibrio entre la formación y destrucción de coágulos, que conlleva a la predisposición a desarrollar fenómenos trombóticos, tanto arteriales como venosas.

Asimismo se asocia a la preeclampsia, restricción de crecimiento intrauterino y muerte fetal en útero. Aunque estas complicaciones son multifactoriales y uno de estos factores pueden ser las trombofilias, porque van afectar los vasos sanguíneos placentarios.

Por consiguiente, cuando se forman coágulos en el embarazo estos pueden obstruir los vasos sanguíneos, causando que se dificulte la oxigenación adecuada y la nutrición del bebé, poniendo su vida en riesgo.

Los tipos de trombofilia

– Trombofilia Hereditaria: cuando se presenta una alteración en algún gen o genes que codifican para factores de la coagulación o, para proteínas que intervienen en la inhibición de la coagulación o en el sistema fibrinolítico.

Trombofilia Adquirida: se asocia a la presencia de autoanticuerpos y, por lo tanto, se encuentra a veces relacionada con enfermedades autoinmunes. Estos son los denominados anticuerpos antifosfolípidicos relacionados con el Síndrome Antifosfolípidico (SAF).

¿Cómo se diagnostica la trombofilia?

Las trombofilias no tienen síntomas. La primera señal puede ser que se le presente un problema de salud relacionado con un coágulo de sangre o cuando la mujer ha sufrido varios abortos de repetición. Se diagnostican mediante una toma de muestra para estudiar sus tipos, congénitas y adquiridas.

Para las adquiridas, denominado también SAF, requiere tener un criterio clínico, que es un antecedente previo de trombosis y/o complicaciones del embarazo con 2 pruebas positivas de sangre separado en 12 semanas.

No obstante, si el diagnostico de trombofilias es positivo, el embarazo si es posible, siguiendo un tratamiento adecuado para las trombofilias , que consiste en la inyección de  heparina de bajo peso molecular, las cuales debe ponerse todos los días desde que la mujer se entera que está embarazada hasta que nace su bebé, es decir, durante toda la gestación.

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